Por eso no queremos que compres nuestro producto
Cuando voy de camino, al trabajo o de viaje, me gusta ver vídeos de TED.com. Son charlas sobre una gran variedad de temas y algunas te hacen pensar. Por ejemplo, esta sobre cómo nos cuesta tomar decisiones sin saberlo.
Una de las charlas TED más comentadas es la de Simon Sinek. Su idea es la siguiente: la gente no se limita a comprar tu producto, sino que comprende por qué haces lo que haces, y luego compra tu producto. Estoy en el bando de los que piensan que el vídeo de Sinek es exagerado, pero toca algo de fondo. Especialmente en estos tiempos en los que la gente es más consciente que nunca de los pros y los contras de lo que ofreces, y puede comprobarlos.
Beber de una manguera
Ya en 2011 se estimaba que la gente recibía 5 veces más información que en 1986. Imagínese la paz y la tranquilidad que se vivía en los años 80. Y luego intenta darte cuenta de cuánta más información recibimos hoy que en 2011. El flujo de información no se detiene. Al mismo tiempo, el coste marginal de la innovación o del simple establecimiento de una empresa está bajando. Para cada nicho oscuro de un mercado aleatorio parece existir una empresa que satisface esas necesidades.
Cuando los clientes tienen tantas opciones entre las que elegir, no basta con ofrecer un producto. Probablemente hay otras 17 empresas que ofrecen el mismo tipo de producto o servicio Y el cliente es capaz de encontrarlas (y, Dios no lo quiera, empieza a amarlas). A menos que usted sea un actor de volumen en un mercado totalmente comoditizado o que opere en un nicho muy específico con altas barreras para entrar, tiene que darse cuenta de que su oferta tiene que significar algo para la gente.
¿Te permito formar parte de mi vida?
Como empresa, tienes que seguir siendo relevante. Una observación clara es que las empresas que se guían principalmente por los beneficios tienen dificultades para hacer precisamente eso, seguir siendo relevantes. Una empresa que existe para maximizar el valor para el accionista no tiene nada de atractiva, por muy bueno que sea el producto. Este tipo de empresas acaban sustituyendo la innovación por el deseo de mantener el statu quo y los beneficios a corto plazo se convierten en la principal preocupación. No podría enamorarme de una chica si en lo único que piensa es en maximizar su propia utilidad de nuestra relación. Podría ser la más guapa de la multitud, y aun así la querría a distancia. Las empresas que sólo se preocupan por el beneficio, y no por las personas o el planeta, algún día descubrirán que se han quedado solas.
Cuando nada va bien, vamos a la izquierda
Lendahand tiene una misión. Existimos porque creemos que hay empresas muy interesantes activas en mercados emergentes que están creando valor económico al tiempo que tienen un enorme impacto positivo en su entorno. Con la financiación adecuada pueden construir su empresa y crear empleo. Pero el problema es que les resulta muy difícil o imposible encontrar esa financiación. Hemos creado una plataforma en torno a esta cuestión y, con 40 millones de euros prestados hasta ahora, es justo decir que no somos los únicos que pensamos que es una buena idea.
No compre nuestro producto, únase a nuestra misión
Como empresa no estamos solos en esta misión. No queremos que compres nuestro producto, queremos que te unas a nuestra misión y a nuestro viaje. Juntos aprendemos y hacemos que las cosas sucedan. Así podremos seguir creando productos increíbles. Un producto con una historia. Y estamos seguros de que con el tiempo llegarán los beneficios. En ese orden.